Ayuntamiento de Noain

Este proyecto resultó ganador del concurso de Ideas convocado por el Ayuntamiento de Noain.

El solar en el que se implanta el edificio presenta una situación de choque entre dos contextos: hacia un lado, el entorno edificado, desembocando en una plaza dura y extensa; y hacia el otro, el entorno natural, comenzando con un parque que crece hacia el sur. Plaza y parque, se dan la espalda y quedan separados por un cinturón de asfalto.

El nuevo Ayuntamiento pretende servir de nexo de unión entre ambos contextos. Para ello, se convertirá en un híbrido edificado y asimilará los caracteres contrapuestos que aquí confluyen.

El edificio, formalmente muy sencillo, se conforma a través de una superposición de envolventes. La interior, de rigurosa geometría, está formada por una doble piel traslúcida separada por una cámara de aire, garantizando así, la disminución del consumo energético y lumínico. A ésta, se le superpone una celosía exterior de forma orgánica por donde crecerá la vegetación; una “nube” que variará su densidad y colores durante el año.

El lienzo o fondo vegetal lo compone la parra virgen (Veitchii). Planta que trepa y cubre la fachada en verano, protegiendo al edificio de la radiación solar y que sirve, a su vez, de mecanismo refrescante. En otoño esta planta adquiere unos tonos rojizos y, en invierno, siendo caducifolia, deja pasar la luz del sol, calentando la cámara de aire existente en la doble piel interior.

El edificio hunde sus raíces en el suelo con el objetivo de captar energía geotérmica, suficiente para poder suplir las necesidades de calefacción y refrigeración. Todos los sistemas del edificio: climatización, ventilación, iluminación,… están regulados e interrelacionados con el objetivo de minimizar al máximo el coste energético y de mantenimiento. El edificio posee así su propio metabolismo.

El nuevo Ayuntamiento conformará un ente vivo en plena transformación. Un ser que será percibido, no como algo inerte, sino como un paisaje que se transforma, que marca el transcurso de los días y las estaciones; en definitiva, un índice de la vida cotidiana y los ciclos vitales de los ciudadanos.

El proyecto, ha obtenido una calificación A, con un ahorro energético del 60%, tras un riguroso estudio de su comportamiento realizado por la ingeniería Miyabi.