Loft ZN

La reforma tiene por objeto actualizar una antigua residencia situada en el centro de Madrid, para su uso como vivienda y estudio.
La nueva distribución elimina los pasillos, los espacios residuales y las estancias ciegas o alcobas y actualiza completamente las instalaciones de electricidad, calefacción y fontanería.
Se respetan los elementos originales más destacados tales como el baldosín hidráulico de los suelos, las dos chimeneas y las carpinterías de madera con sus contraventanas en librillo.

El proyecto pretende dar respuesta a tres necesidades cada vez más presentes en nuestra vida cotidiana:

Las actividades hedonistas, destinadas a satisfacer las necesidades corporales, los espacios de acumulación, inevitables en nuestra sociedad capitalista y el espacio de trabajo, donde los espacios de producción están cada vez más ligados a lo doméstico.

El proyecto traduce estas necesidades espacialmente de la siguiente manera:

Las actividades hedonistas se sitúan básicamente rodeando los dos patios interiores. Así tenemos el gran espacio de la cocina-comedor, que fusiona preparación y degustación (producción y consumo) en el mismo ambiente. O también el dormitorio principal y su baño, que funden en un único espacio placer y descanso.

Los espacios de acumulación se reparten de manera difusa. Están compuestos básicamente por armarios empotrados ocultos y estanterías de obra que se desarrollan en la dirección longitudinal de la vivienda.
La fusión de producción y consumo se pone de manifiesto en el protagonismo del elemento de mobiliario que articula la espina dorsal de la vivienda. A lo largo de quince metros y partiendo de la cocina, este cuerpo diseñado a medida (serie o_02) va transformándose y respondiendo a los elementos que se encuentra a su paso, mutando de una estantería profunda a una mesa de trabajo que a su vez sirve de acumulador.

Por ultimo, el espacio de trabajo es contradictoriamente el más difuso y el más específico. Difuso porque, con un portátil y una conexión inalámbrica, hoy se puede trabajar casi en cualquier espacio. Específico porque las estructuras territorializadoras, esto es la burocracia aduanera, fiscal, policial y electoral, aún exigen coordenadas precisas y extensiones definidas. Para ello, tras la puerta de acceso exterior se sitúa el estudio de trabajo, en el espacio más extrovertido. La privacidad de lo doméstico se preserva. No todas las visitas pasan al otro lado…