Caja Mágica

Villafranca de Navarra está partida en dos por las vías del tren. La única conexión existente es un paso a nivel en una avenida dedicada a un célebre escritor. Se plantea la construcción de una nueva pasarela como continuación de una de las calles más importantes, donde se encuentran los principales equipamientos.

Su construcción no solo facilita la comunicación entre ambas partes, sino que además aprovecha un espacio público arbolado de casi cinco mil metros cuadrados. Para ello se propone una caja mágica en su desembocadura. Un nuevo eje, que no solo de  conecta, sino que también genera eventos sociales y culturales al otro lado de las vías.

Esta caja mágica, se construye reciclando contenedores de mercancías de 40´pies. Este volumen sencillo se abre  de varias maneras. Una de sus puertas más grandes se abre  en guillotina convirtiéndose en una pantalla de cine al aire libre. Sobre el techo de la caja pueden celebrar obras de teatro o conciertos. Al abrirse una segunda puerta basculante, aparece una barra de bar para ofrecer bebidas al público. Además cuenta con dos departamentos más. Uno para almacenar sillas y material audiovisual, y el otro para guardar material deportivo. Este último, muy requerido por los mayores del lugar, para quienes se les ofrece la posibilidad de practicar deporte al aire libre.

La caja mágica funcionará como una especie de transformer, capaz de abrirse y cerrarse para satisfacer multitud de situaciones requeridas por los habitantes del pueblo de Villafranca, ahora más unidos que nunca.