Piscinas Municipales

Tejer con ladrillo.
Alfaro se sitúa próximo a yacimientos arcillosos sobre los que se asientan importantes tejerías que suministran ladrillos no sólo a la zona sino a toda la península. El pueblo muestra en sus edificaciones la materialidad térrea del ladrillo cara vista, y las texturas producto de su aparejo.
Las nuevas piscinas, conscientes de este contexto material, parten del ladrillo como elemento básico para conformar con un delicado aparejo los muros-celosía exteriores. El muro se convierte en un tejido cuya densidad variable permite graduar el paso de la luz.

A nivel volumétrico, el proyecto pretende reorganizar el conjunto edificatorio ya existente teniendo en cuenta la peculiar topografía del entorno y respondiendo a los valores paisajísticos del ámbito de la actuación.

El mecanismo utilizado consiste en “tejer el paisaje” a través de la prolongación de unos muros-celosía entre los que se sitúa el nuevo edificio de piscinas con todo su programa desarrollado en una sola planta. Su vocación horizontal genera el menor ruido posible entre los edificios del entorno. El edificio se abre a Este y Oeste, asomándose sobre el campo de fútbol desde la piscina y disfrutando de las vistas de una ladera arbolada frente al gimnasio.

El Pantano de la Molineta situado al Este del conjunto, contiene un hermoso recorrido en su orilla ideado para pasear o para realizar footing. El nuevo edificio de la piscina se conecta a este recorrido a través de un deambulatorio situado entre los muros-celosía y la piel de vidrio. Se genera de esta forma un corredor peatonal que tiene al agua como tema y que sirve también de observatorio de las actividades deportivas, sin necesidad de tener que soportar las condiciones higrotérmicas del interior de las piscinas.